El internet se linea de acuerdo a las agendas del nuevo orden mundial: un control absoluto sobra la información que se difunde es el próximo paso y México no es una excepción. Es crucial mantenernos informados, desatornillar la programación televisiva de nuestros cerebros donde se produce información ficticia y controlada por las esferas de poder en este país y en el mundo.
No crea que Slim, Azcárraga, Calderón, Peña Nieto, Jesús Ortega y el Chapo, no bailan al mismo compás. Todos harán lo que sea necesario por mantener el poder en su cancha, los lujos de su lado. El dinero es sólo el intermediario que permite mantenerlo a USTED esclavizado.
NECESITAMOS LA INFORMACIÓN LIBRE! MÁS QUE NUNCA
http://www.youtube.com/user/anonmex#p/a/u/1/WkpHhekw074
sábado, 23 de abril de 2011
lunes, 15 de febrero de 2010
Canción de media noche
Y qué si revueltas las letras,
Sólo arman tu nombre.
Qué si cae mi cielo,
Mi hogar y mi cama,
Si mi reloj se desmaya,
Si mis estrellas tintinean en infiernos.
Si mis ojos secan por derramarte versos,
Si huyes del amor como el cordero de ser presa,
Yo no tengo más que perder que el corazón,
Es el tiempo un don que nunca es mío,
La razón una virtud que no cultivo.
Y qué si mis versos no cuadran,
Si tus ecos aún resuenan.
Qué si mis montañas lloran,
Si tu río se desvanece,
Si te cargo como arena al sol,
Si me pierdo entre tus musgos,
Entre mis princesas y tus mitos,
Si mis melodías te desafinan,
Si pierdo el humor por buscarte una razón,
Tu no tienes porque encontrarme en tus ojos,
Ni velar mis sueños, desvelando a tu sol.
Y qué si la media noche
Trae a la insomne penumbra,
Si las luces ven lo que debe ser no visto,
Si la luna trae mis pesadillas,
Si te miro y soy hielo, o cera, o chocolate.
Si mi sombra te sigue,
Si tu sombra soy yo,
Si te grito un sentimiento
Si escuchas una canción,
Que importa que esté desafinada o el acorde sea menor.
Yo no tengo más que perder que el corazón,
Tu no tienes porqué encontrarme en tus ojos,
Ni velar mis sueños, desvelando a tu sol.
by gN
Sólo arman tu nombre.
Qué si cae mi cielo,
Mi hogar y mi cama,
Si mi reloj se desmaya,
Si mis estrellas tintinean en infiernos.
Si mis ojos secan por derramarte versos,
Si huyes del amor como el cordero de ser presa,
Yo no tengo más que perder que el corazón,
Es el tiempo un don que nunca es mío,
La razón una virtud que no cultivo.
Y qué si mis versos no cuadran,
Si tus ecos aún resuenan.
Qué si mis montañas lloran,
Si tu río se desvanece,
Si te cargo como arena al sol,
Si me pierdo entre tus musgos,
Entre mis princesas y tus mitos,
Si mis melodías te desafinan,
Si pierdo el humor por buscarte una razón,
Tu no tienes porque encontrarme en tus ojos,
Ni velar mis sueños, desvelando a tu sol.
Y qué si la media noche
Trae a la insomne penumbra,
Si las luces ven lo que debe ser no visto,
Si la luna trae mis pesadillas,
Si te miro y soy hielo, o cera, o chocolate.
Si mi sombra te sigue,
Si tu sombra soy yo,
Si te grito un sentimiento
Si escuchas una canción,
Que importa que esté desafinada o el acorde sea menor.
Yo no tengo más que perder que el corazón,
Tu no tienes porqué encontrarme en tus ojos,
Ni velar mis sueños, desvelando a tu sol.
by gN
jueves, 20 de agosto de 2009
Narrativas Mediáticas de Omar Rincón
Omar Rincón pretende acercarnos con esta lectura al nuevo mundo invadido por lo que él llama culturas mediáticas, y nos presenta un panorama lleno de medios de comunicación que enfatizan y exaltan la estética media y los valores light, introducidos hacia una cultura que ensalza el entretenimiento y la banalidad por encima de los valores culturales tradicionales como la estética aristotélica y kantiana, la filosofía y el conocimiento científico derivado de grandes pensadores.
Hoy la estética elitista ha sido modificada por los grandes medios de comunicación. El arte y la cultura que tan largo tiempo ha permanecido segregada hacia la opulencia, ha bajado de nivel en todas direcciones; es decir, la mediatización es tomada en más de un modo: El medio masivo retoma la estética y la cultura, la convierten al promedio de una comunidad y lo venden como entretenimiento y espectáculo.
La mercancía no es sólo la felicidad y el ocio, también de la publicidad y moda, que Rincón señala como una práctica de seducción, sino también llevar a cabo prácticas informativas como el periodismo, de compañía y ambiente como la radio entre otras tantas que señala el autor.
La narración entonces de los medios masivos, es el aparato vital que los mueve y el que los identifica como su razón de ser. Rincón los conceptualiza como máquinas narrativas que debilitan los valores de antaño, tradicionales y rigoristas; exaltando por supuesto, el ocio, la felicidad y el bienestar individuales, sin olvidarse por supuesto de la enajenación que representa esta cultura pseudo lúdica y completamente consumista donde los medios nos presentan una nueva dimensión de arquetipos aspiracionales a través de sus narrativas, que no son en absoluto nada más que formas sin sustancia. No responden a una espiritualidad, ni a lo culto, ni a lo ilustrado, sólo responden a un montón de hechos prefabricados que obdecen a la necesidad de subsistencia industrial del medio, la cual sólo será obtenida a través de la comunicación mediática que representa una preocupación cerniente al modo de narra más que al contenido per se, dando lugar a una estética recreada diariamente y que destruye toda concepción purista y filosóficamente creada, basada en un orden de fondo, forma y técnicas de génesis.
Talvez el punto rescatable de nuestra nueva cultura mediatizada y atiborrada de estándares a seguir de moda y estrellas de actualidad, es la intervención histórica de la cotidianidad. Los grandes personajes dotados de poder e influencia, con carisma o importancia en la generación de conocimientos, ceden un espacio en el escenario para la gente común que cada vez más, se cuela a través de la tecnología y los avances mediáticos a escribir una historia de la humanidad nueva y revolucionaria que permitirá dejar un legado de la cotidianidad se nuestro nuevo siglo.
Por otro lado, la inmediatez del aparáto mediático transmiten nuevos signos que se significan en cualquier lugar del globo y que estarán disponibles indistintamente para cualquier situación (coincibiendo por supuesto, la mediatización como una parte cotidiana ya), de nuestra vida moderna, agregándose al nuevo y creciente acervo de signos nacidos en la búsqueda de la felicidad inmediata.
Hoy la estética elitista ha sido modificada por los grandes medios de comunicación. El arte y la cultura que tan largo tiempo ha permanecido segregada hacia la opulencia, ha bajado de nivel en todas direcciones; es decir, la mediatización es tomada en más de un modo: El medio masivo retoma la estética y la cultura, la convierten al promedio de una comunidad y lo venden como entretenimiento y espectáculo.
La mercancía no es sólo la felicidad y el ocio, también de la publicidad y moda, que Rincón señala como una práctica de seducción, sino también llevar a cabo prácticas informativas como el periodismo, de compañía y ambiente como la radio entre otras tantas que señala el autor.
La narración entonces de los medios masivos, es el aparato vital que los mueve y el que los identifica como su razón de ser. Rincón los conceptualiza como máquinas narrativas que debilitan los valores de antaño, tradicionales y rigoristas; exaltando por supuesto, el ocio, la felicidad y el bienestar individuales, sin olvidarse por supuesto de la enajenación que representa esta cultura pseudo lúdica y completamente consumista donde los medios nos presentan una nueva dimensión de arquetipos aspiracionales a través de sus narrativas, que no son en absoluto nada más que formas sin sustancia. No responden a una espiritualidad, ni a lo culto, ni a lo ilustrado, sólo responden a un montón de hechos prefabricados que obdecen a la necesidad de subsistencia industrial del medio, la cual sólo será obtenida a través de la comunicación mediática que representa una preocupación cerniente al modo de narra más que al contenido per se, dando lugar a una estética recreada diariamente y que destruye toda concepción purista y filosóficamente creada, basada en un orden de fondo, forma y técnicas de génesis.
Talvez el punto rescatable de nuestra nueva cultura mediatizada y atiborrada de estándares a seguir de moda y estrellas de actualidad, es la intervención histórica de la cotidianidad. Los grandes personajes dotados de poder e influencia, con carisma o importancia en la generación de conocimientos, ceden un espacio en el escenario para la gente común que cada vez más, se cuela a través de la tecnología y los avances mediáticos a escribir una historia de la humanidad nueva y revolucionaria que permitirá dejar un legado de la cotidianidad se nuestro nuevo siglo.
Por otro lado, la inmediatez del aparáto mediático transmiten nuevos signos que se significan en cualquier lugar del globo y que estarán disponibles indistintamente para cualquier situación (coincibiendo por supuesto, la mediatización como una parte cotidiana ya), de nuestra vida moderna, agregándose al nuevo y creciente acervo de signos nacidos en la búsqueda de la felicidad inmediata.
jueves, 13 de agosto de 2009
Estudios de género y feminismo
La división de roles que nos otorga la sociedad de acuerdo a nuestro género es ineludible: no te queda más que aceptar la sumisión, la lavadora y la cocina si es que eres mujer, incluso puedes ser catalogada de lesbiana (tampoco es que sea una ofensa real ni muy sesuda), manipuladora o frívola si alcanzas una pocisión de poder o te conviertes en un ícono relevante en alguna discilpina. Ideas como las feas son inteligentes, las bonitas son tontas, las mujeres son sentimentales y nada racionales, traicioneras y eso sin mencionar las canciones (de cantantillos a los que tampoco les podemos exigir demasiado) que tanto hemos "inspirado" donde si no bien somos una propiedad o un deseo burdo, somos causantes de dolor y conflicto.
Hoy nos vemos confinadas a una realidad llena de contradicciones. La mujer actual no sólo debe ser independiente, trabajar y ganar a la par que el hombre, también debe lampiña, ser alta, delagada, elegante, propia, bella, siempre bien maquillada y peinada: perfecta en todo momento. Hemos sido programadas para ser objeto de deseo, de envidia, lucir mejor que nunca con cuanto producto que probablemente fue creado por hombres.
Esta necesidad histórica femenina, donde hemos de representar virtud y belleza, se ha convertido en un producto más; en un sistema opresivo donde la mujer, atomizada por el cine y las series hollywoondenses, ha sido conducida a pensar que exitosa e independiente es frívola y solitaria (Si tuviera 30, Cómo perder a un hombre en 10 días, Experta en bodas).
Las pensadoras y artistas, son minimizadas ante los varones quienes asumen los lugares de "exponentes" relegándolas de los "lugares provilegiados" y no es más que una fachada un tanto más elaborada el hecho de tener trabajo en la oficina y seguir haciendo el aseo de casa.
Es necesario sin embargo, apreciar las diferencias entre hombres y mujeres. Existen, son palpables y exijen una igualdad en diversidad.
Hoy nos vemos confinadas a una realidad llena de contradicciones. La mujer actual no sólo debe ser independiente, trabajar y ganar a la par que el hombre, también debe lampiña, ser alta, delagada, elegante, propia, bella, siempre bien maquillada y peinada: perfecta en todo momento. Hemos sido programadas para ser objeto de deseo, de envidia, lucir mejor que nunca con cuanto producto que probablemente fue creado por hombres.
Esta necesidad histórica femenina, donde hemos de representar virtud y belleza, se ha convertido en un producto más; en un sistema opresivo donde la mujer, atomizada por el cine y las series hollywoondenses, ha sido conducida a pensar que exitosa e independiente es frívola y solitaria (Si tuviera 30, Cómo perder a un hombre en 10 días, Experta en bodas).
Las pensadoras y artistas, son minimizadas ante los varones quienes asumen los lugares de "exponentes" relegándolas de los "lugares provilegiados" y no es más que una fachada un tanto más elaborada el hecho de tener trabajo en la oficina y seguir haciendo el aseo de casa.
Es necesario sin embargo, apreciar las diferencias entre hombres y mujeres. Existen, son palpables y exijen una igualdad en diversidad.
martes, 4 de agosto de 2009
Sur Polar / El Gran Cañón
Desde hace algunas décadas (por lo menos en mi memoria desde los ochenta), es común escuchar mensajes ambientalistas, sobretodo haciendo hincapié en el ahorro del agua para consumo humano. Un millón de veces y más, he escuchado la dificultad de extraer, abastecer y distribuir el agua hacia las grandes orbes; que de la totalidad del agua en el mundo sólo el 1% es potable; y de cuánto se dañana los ecosistemas y la vida natural al alterar el ciclo del agua o el curso de rios y lagos.
Para abordar este tema, ahora en la Ciudad de México nos presentan dos nuevas alternativas para concientizar este problema: La expocisión "Sur Polar" que nos presenta el museo del MUTEC en Chapultepec, presenta la obra artística reunida por la curadora Andrea Juan.
De entre las obras existentes podemos encontrar proyecciones sobre el hielo, que colorean islotes helados y construcciones humanas con la premisa de expresar una naturaleza artística sin alterar permanentemente el ecosistema ni el ambiente; encontramos también una reproducción 3D de una caminata en el hielo, performances llevados a cabo con largas, transparentes y coloridas extensiones de tela sobre el néveo fondo blanco, además de incluir cartas de investigadores en los polos y alarmantes cifras que nos informan y argumentan acerca del derretimiento de los polos, los riesgos y el impacto directo en nuestra vida por esta causa. Las muestras de arte ecológico son vastas y variadas, sin embargo no logra crear un impacto real en el espectador, las fotografías, los videos y audiovisuales, si bien muestran el hermoso contraste entre las obras efímeras y el (aparente) impasible hielo, no logran compenetratse con el espectador, posiblemente por la influencia del mundo tecnológico en el que estamos inmersos que ahora nos ofrece audiovisuales realistas y de gran impacto, imágenes, animaciones, interacciones que nos hacen exigir un mayor esfuerzo.
Y en cuanto a imágenes impactantes, es nuestra segunda motivación de hidroconciencia la que literalmente nos invita a sumergirnos en un viaje increíble a través de uno de los ríos mas extensos de América: Gran Cañón, es una película en 3D que nos salpica la travesía de un escritor y su hija a través del Río Colorado. Sin duda las imágenes son relajantes: el agua y sus sonido nos trasladan a paisajes naturales increíbles. Esta proyección, sin embargo es sólo una excelente manera de utilizar el tiempo libre y distraernos de nuestra rutina, la conciencia que pretende inculcar, no sólo resulta ajena al público mexicano que no se encuentra familiarizada con las culturas autóctonas de las orillas del Río Colorado, también plantea algunas alternativas inalcanzables para el estilo y ritmo de vida mexicanos, y por supuesto, tampoco considera una identificación entre la audiencia y las situaciones proyectadas.
Para abordar este tema, ahora en la Ciudad de México nos presentan dos nuevas alternativas para concientizar este problema: La expocisión "Sur Polar" que nos presenta el museo del MUTEC en Chapultepec, presenta la obra artística reunida por la curadora Andrea Juan.
De entre las obras existentes podemos encontrar proyecciones sobre el hielo, que colorean islotes helados y construcciones humanas con la premisa de expresar una naturaleza artística sin alterar permanentemente el ecosistema ni el ambiente; encontramos también una reproducción 3D de una caminata en el hielo, performances llevados a cabo con largas, transparentes y coloridas extensiones de tela sobre el néveo fondo blanco, además de incluir cartas de investigadores en los polos y alarmantes cifras que nos informan y argumentan acerca del derretimiento de los polos, los riesgos y el impacto directo en nuestra vida por esta causa. Las muestras de arte ecológico son vastas y variadas, sin embargo no logra crear un impacto real en el espectador, las fotografías, los videos y audiovisuales, si bien muestran el hermoso contraste entre las obras efímeras y el (aparente) impasible hielo, no logran compenetratse con el espectador, posiblemente por la influencia del mundo tecnológico en el que estamos inmersos que ahora nos ofrece audiovisuales realistas y de gran impacto, imágenes, animaciones, interacciones que nos hacen exigir un mayor esfuerzo.
Y en cuanto a imágenes impactantes, es nuestra segunda motivación de hidroconciencia la que literalmente nos invita a sumergirnos en un viaje increíble a través de uno de los ríos mas extensos de América: Gran Cañón, es una película en 3D que nos salpica la travesía de un escritor y su hija a través del Río Colorado. Sin duda las imágenes son relajantes: el agua y sus sonido nos trasladan a paisajes naturales increíbles. Esta proyección, sin embargo es sólo una excelente manera de utilizar el tiempo libre y distraernos de nuestra rutina, la conciencia que pretende inculcar, no sólo resulta ajena al público mexicano que no se encuentra familiarizada con las culturas autóctonas de las orillas del Río Colorado, también plantea algunas alternativas inalcanzables para el estilo y ritmo de vida mexicanos, y por supuesto, tampoco considera una identificación entre la audiencia y las situaciones proyectadas.
miércoles, 29 de julio de 2009
El futuro de la inteligencia artificial divide a la Ciencia
La idea de que surja espontáneamente un sistema informático autoconsciente de las interconexiones de miles de millones de ordenadores y redes informáticas se remonta en la ciencia ficción por lo menos a Dial F for Frankenstein, de Arthur C. Clarke: una historia corta clarividente que apareció en 1961 y pronosticaba una red telefónica cada vez más interconectada que espontáneamente actúa como un recién nacido y conduce al caos global, a medida que va tomando el control sobre los sistemas financieros, de transporte y militares.
Hoy día, la inteligencia artificial, que antes era exclusiva de los escritores de ciencia-ficción y los excéntricos de la informática, vuelve a estar de moda y a atraer la atención de la Nasa y de las empresas de Silicon Valley como Google, así como de una nueva oleada de startups que diseñan todo tipo de cosas, desde los motores de búsqueda de la próxima generación a las máquinas que escuchan o que son capaces de andar por todo el mundo.
El concepto de ordenadores superinteligentes, máquinas con “una inteligencia mayor que la humana”, se denominó La Singularidad en un artículo de 1993 escrito por el científico informático y escritor de ciencia-ficción Vernor Vinge. Alegaba que la aceleración del progreso tecnológico había llevado “al borde de un cambio comparable al de la aparición de la vida humana sobre la Tierra”. Esta tesis encuentra eco desde hace mucho aquí, en Silicon Valley.
La inteligencia artificial ya se utiliza para automatizar y sustituir algunas funciones humanas con máquinas movidas por ordenador. Estas máquinas pueden ver y oír, responder a preguntas, aprender, extraer conclusiones, y resolver problemas, la IA hace referencia a máquinas que serán autoconscientes y superhumanas en su inteligencia, y capaces de diseñar ordenadores mejores y robots más rápidos que los que diseñan los humanos hoy. Según dicen, un cambio así llevaría a una gran aceleración en los avances tecnológicos de todos los tipos.
La idea no pertenece sólo al terreno de los autores de ciencia-ficción; una generación de piratas informáticos, ingenieros y programadores han llegado a creer profundamente en la idea de un cambio tecnológico exponencial como explicaba Gordon Moore, cofundador del fabricante de chips Intel.
En 1995, el doctor Moore describió por primera vez cómo el número de transistores en los chips de silicio se doblaba repetidamente con cada nueva generación tecnológica, lo que condujo a una aceleración de la potencia informática. Desde entonces, la Ley de Moore, que no es una ley de física, sino más bien una descripción del ritmo del cambio industrial, ha llegado a personificar un sector que vive al ritmo de internet, donde el próximo gran invento siempre está a la vuelta de la esquina.
Hace varios años, el pionero de la inteligencia artificial Raymond Kurzweil llevó la idea un paso más allá en su libro de 2005, “La Singularidad está cerca: cuando los humanos transcienden la biología”. Intentó expandir la Ley de Moore para acompasar en lugar de sólo procesar la energía y simultáneamente pronosticar con gran precisión la llegada de una evolución post-humana, que dijo que ocurriría en 2045.
Esto ha despertado el asombro y la incredulidad entre los tecnólogos de la cultura de la ingeniería, y algunos de ellos describen el romance de Kurzweil con las supermáquinas como una nueva forma de religión.
El autor de ciencia-ficción Ken MacLeod definió la idea de la singularidad como “el éxtasis de los obsesos de la informática”. Kevin Nelly, un editor de la revista Wired, señala: “La gente que pronostica un futuro muy utópico siempre piensa que va a suceder antes de que mueran”.
Algunos autores que han observado el poder cada vez mayor de la tecnología informática están aún menos tranquilos sobre el resultado del futuro. El diseñador informático William Joy, por ejemplo, escribió un ensayo muy pesimista en Wired en 2000 que alegaba que es más probable que los humanos se destruyan a sí mismos con su tecnología que que creen una utopía ayudados por máquinas superinteligentes.
Hoy día, la inteligencia artificial, que antes era exclusiva de los escritores de ciencia-ficción y los excéntricos de la informática, vuelve a estar de moda y a atraer la atención de la Nasa y de las empresas de Silicon Valley como Google, así como de una nueva oleada de startups que diseñan todo tipo de cosas, desde los motores de búsqueda de la próxima generación a las máquinas que escuchan o que son capaces de andar por todo el mundo.
El concepto de ordenadores superinteligentes, máquinas con “una inteligencia mayor que la humana”, se denominó La Singularidad en un artículo de 1993 escrito por el científico informático y escritor de ciencia-ficción Vernor Vinge. Alegaba que la aceleración del progreso tecnológico había llevado “al borde de un cambio comparable al de la aparición de la vida humana sobre la Tierra”. Esta tesis encuentra eco desde hace mucho aquí, en Silicon Valley.
La inteligencia artificial ya se utiliza para automatizar y sustituir algunas funciones humanas con máquinas movidas por ordenador. Estas máquinas pueden ver y oír, responder a preguntas, aprender, extraer conclusiones, y resolver problemas, la IA hace referencia a máquinas que serán autoconscientes y superhumanas en su inteligencia, y capaces de diseñar ordenadores mejores y robots más rápidos que los que diseñan los humanos hoy. Según dicen, un cambio así llevaría a una gran aceleración en los avances tecnológicos de todos los tipos.
La idea no pertenece sólo al terreno de los autores de ciencia-ficción; una generación de piratas informáticos, ingenieros y programadores han llegado a creer profundamente en la idea de un cambio tecnológico exponencial como explicaba Gordon Moore, cofundador del fabricante de chips Intel.
En 1995, el doctor Moore describió por primera vez cómo el número de transistores en los chips de silicio se doblaba repetidamente con cada nueva generación tecnológica, lo que condujo a una aceleración de la potencia informática. Desde entonces, la Ley de Moore, que no es una ley de física, sino más bien una descripción del ritmo del cambio industrial, ha llegado a personificar un sector que vive al ritmo de internet, donde el próximo gran invento siempre está a la vuelta de la esquina.
Hace varios años, el pionero de la inteligencia artificial Raymond Kurzweil llevó la idea un paso más allá en su libro de 2005, “La Singularidad está cerca: cuando los humanos transcienden la biología”. Intentó expandir la Ley de Moore para acompasar en lugar de sólo procesar la energía y simultáneamente pronosticar con gran precisión la llegada de una evolución post-humana, que dijo que ocurriría en 2045.
Esto ha despertado el asombro y la incredulidad entre los tecnólogos de la cultura de la ingeniería, y algunos de ellos describen el romance de Kurzweil con las supermáquinas como una nueva forma de religión.
El autor de ciencia-ficción Ken MacLeod definió la idea de la singularidad como “el éxtasis de los obsesos de la informática”. Kevin Nelly, un editor de la revista Wired, señala: “La gente que pronostica un futuro muy utópico siempre piensa que va a suceder antes de que mueran”.
Algunos autores que han observado el poder cada vez mayor de la tecnología informática están aún menos tranquilos sobre el resultado del futuro. El diseñador informático William Joy, por ejemplo, escribió un ensayo muy pesimista en Wired en 2000 que alegaba que es más probable que los humanos se destruyan a sí mismos con su tecnología que que creen una utopía ayudados por máquinas superinteligentes.
miércoles, 8 de julio de 2009
El Capitalismo de Ficción
Es sencillo puntalizar las representaciones del capitalismo, por lo menos para mí, siempre ha sido epítome de la podredumbre de la sociedad. El hecho de convertir el ocio en un espacio de consumo compulsivo que esclaviza al humano, clama tener como puntos positivos como la misma exaltación del ocio, la felicidad y la diversión, donde debemos ser felices aprovechando nuestro tiempo libre, pero ¿Cómo? El dinero por supuesto, juega un papel tracendental, es el que nos da acceso a diversiones durante el tiempo libre: Un café en Starbucks, un tarde adrenalínica en Six Flags, rentar una película en Blockbuster. Si quieres diversión, debes trabajar primero y amasar la sufienciente cantidad de dinero para la luz, la renta, el agua, la despensa y además pagar por divertirte.
La realización del sueño americano donde la telenovela se hace realidad y el rico se convierte en pobre, a través de esfuerzos dentro de la libre competencia y una buena visión de los negocios, sigue esclavizándonos.
No hace falta que el Capitalismo de ficción se defienda exaltando al ocio, ni haciéndonos creer que podemos convertirnos en Donald Trump o Enzo Ferrari, basta con que nos aclare que es la ley del más fuerte, la ley del más apto: la ley de la selva. Los enfermos y los débiles pueden ser desechables o reemplazables; en el mejor de los casos, su única función es sostener la pirámide de estratos sociales, y aquí pueden despedirse de su tan preciada superioridad humana basada en la conciencia y el raciocinio, o es que ¿Acaso no seguimos la misma ley natural que cualquier otra especie en el planeta? ¿No es el más apto, el más listo, el que domina? Puede ser, como en mi querido México, que no sea el más listo, ni el más preparado, ni por mucho, quien domina, pero es, en definitiva, el más fuerte, el más astuto, el que más pisoteó para estar arriba, el que más conexiones tiene. Si aunque ya un tanto antiguo, bien sigue vigente, ya nos lo había dicho Shakespeare; el destino es quien baraja la mano, tú quien la juega...
La realización del sueño americano donde la telenovela se hace realidad y el rico se convierte en pobre, a través de esfuerzos dentro de la libre competencia y una buena visión de los negocios, sigue esclavizándonos.
No hace falta que el Capitalismo de ficción se defienda exaltando al ocio, ni haciéndonos creer que podemos convertirnos en Donald Trump o Enzo Ferrari, basta con que nos aclare que es la ley del más fuerte, la ley del más apto: la ley de la selva. Los enfermos y los débiles pueden ser desechables o reemplazables; en el mejor de los casos, su única función es sostener la pirámide de estratos sociales, y aquí pueden despedirse de su tan preciada superioridad humana basada en la conciencia y el raciocinio, o es que ¿Acaso no seguimos la misma ley natural que cualquier otra especie en el planeta? ¿No es el más apto, el más listo, el que domina? Puede ser, como en mi querido México, que no sea el más listo, ni el más preparado, ni por mucho, quien domina, pero es, en definitiva, el más fuerte, el más astuto, el que más pisoteó para estar arriba, el que más conexiones tiene. Si aunque ya un tanto antiguo, bien sigue vigente, ya nos lo había dicho Shakespeare; el destino es quien baraja la mano, tú quien la juega...
Hablando de juegos y ocio capitalista, aquí hay un excelente ejemplo de coroporaciones multinacionales perfectamente maquinadas.
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